Equipo
José Luis Baró Zarzo y F. Javier Gómez Patrocinio (Proyecto de Restauración y Dirección de Obra); Jaime Díaz Morlán (Proyecto de Paisajismo y Dirección de Obra); Miguel de Haro Muñoz y Miguel de Haro Millán (Dirección de Ejecución).
Sobre el Proyecto
Las murallas de Albarracín fueron declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1999 y rodean el núcleo histórico de la ciudad. El proyecto se sitúa en el punto más meridional del recinto amurallado, detrás del cementerio y de la iglesia de Santa María. En este tramo, el terreno adquiere una topografía muy escarpada y la muralla muestra un trazado quebrado que se asienta al borde de los escalones rocosos. Carece de torres, pero aparece un portillo en la bajada el río y una estructura que podría tratarse de una antigua atalaya que habría cubierto la función defensiva en esta zona.
La muralla se encontraba degradada por el mal estado de la vegetación y la presencia de escombros y materiales procedentes de derribos de construcción en su entorno. La intervención consistió, en primer lugar, en la consolidación de las zonas erosionadas y de las lagunas con riesgo de desestabilización. Por otra parte, se llevó a cabo la reducción de la cota de acabado en el intradós recuperando los orificios originales de desagüe, disminuyendo los empujes sobre la muralla y aumentando las condiciones de seguridad y accesibilidad para los ciudadanos y visitantes en el ámbito inmediato sin necesidad de disponer de protecciones añadidas. Además, se potenció la mejora de la comprensión de este tramo y la legibilidad de puntos precisos como el portillo, el pretil y el arranque del supuesto torreón sur. En la adecuación paisajística se buscó la renaturalización del área mediante la eliminación de distorsiones. Con todo ello, se ha afianzado la conservación y recuperación del recinto amurallado, además de restituir una ambientación paisajística acorde con el entorno y coherente con la historia de Albarracín.